Planeamos la
vida que vivimos ahora antes de nacer y conforme nos hacemos más conscientes de
esto, vemos con mayor claridad lo que tenemos que sanar.
Tú eres el Creador
de Todo lo que experimentas, tanto de los desafíos que planeaste como de la
sanación que creas a cada momento.
El alma crece y
evoluciona, y no es todo conocimiento, ni todo amor. Es la parte de ti que
experimenta y, a través de la experiencia, pasa del no amor al amor.
Nuestros planes
de vida están diseñados para sanar ciertas energías sin resolver de nuestras
vidas anteriores. Entre ellas se encuentra el miedo, la tristeza, la soledad,
el juicio o la culpabilidad - a nosotros mismos o a los demás, la ira y muchas
otras emociones negativas.
Si finalizamos
varias vidas con estas emociones aún presentes en nuestra conciencia, se
convierten en un residuo para nuestra alma. Al planificar futuras vidas se
reflejarán estas emociones ante nosotros para que podamos afrontarlas. Aquello
que queda sin sanar en una vida debe sanarse en otra.
El Yo del Alma
es el aspecto de nosotros que interviene en la dualidad y que evoluciona a
través de la experiencia. Puede cometer errores, olvidar su vínculo eterno con
el Espíritu y sentirse aislado del amor del cual fue creado y hacia el cual se
desarrolla. La personalidad terrenal es una expresión de esa energía mucho
mayor que es el Yo del Alma. La personalidad es inspirada por el Yo del Alma,
que aprende de las experiencias y de los sentimientos experimentados por esta.
En la esfera no
física, tenemos un mayor conocimiento, pero la vida en la Tierra nos da la
magnífica oportunidad de transformar ese conocimiento en una experiencia
percibida. Es la diferencia entre tener y ser sabiduría. El Yo del Alma sabe
más que la personalidad terrenal.
Cuando el Yo
del Alma planea encarnar en la Tierra, el plan se crea a partir del
conocimiento pero también de la ignorancia, del amor pero también del miedo. La
ignorancia incluye las falsas creencias: <<Carezco de valor>>,
<<Me veo importante>>, <<Estoy solo>>, <<El amor
duele>>, <<No se puede confiar en la vida>>, <<La vida
es sufrimiento>>, etc. Cuando se tienen estas creencias, el alma atraerá
circunstancias de vida que coincidan con ellas, y con el tiempo, conforme se
reflejen ante la personalidad, se incorporarán a la conciencia. Solo cuando la
personalidad se dé cuenta del poder creativo de las creencias y del hecho de
que nuestro exterior no es más que un reflejo de nuestro mundo interior, se
podrán empezar a sanar esas falsas creencias. Las falsas creencias se
transforman debido a que los sentimientos también lo hacen.
Tú eliges cómo
reaccionar ante los eventos externos, no eres una víctima, sino un poderoso
Creador. La sanación nace de esta conciencia.
Tu alma usa los
desafíos y las crisis para provocar una necesidad de elegir. Deseamos y
planeamos nuestras vidas en la Tierra porque aquí existe la dualidad. Como almas,
aprendemos mediante el contraste, ya que nos ayuda a comprender mejor quienes
somos. También nos sirve para generar sentimientos intensos, a través de los
cuales crecemos y aprendemos.
El sufrimiento
se produce cuando te resistes a determinadas emociones, como el miedo o la ira,
que pueden surgir en respuesta a los sucesos de tu vida.
En este momento
especial de CAMBIO DE CONCIENCIA, estamos aquí para sanar y transmutar todas
las energías discordantes (no basadas en el amor). Esta vida es, por lo tanto,
de primordial importancia. Estamos aquí para integrarnos en la totalidad de
nuestro ser y, al hacerlo, sanar los residuos de las energías no integradas de
todas nuestras vidas. Cuando nos resistimos a cualquier aspecto de la vida,
también nos resistimos a la sanación.
Nuestra experiencia
de vida no está determinada por nuestro plan de vida, sino por la forma en que
respondemos a ese plan. Nuestras respuestas, es decir, nuestros pensamientos,
palabras y acciones, crean nuestra experiencia y, potencialmente, también
nuestra sanación.
Es aquí donde
el conocimiento es extremadamente útil y sanador. Cuando comprendemos que hemos
planificado nuestras vidas, sabemos que todo lo que ocurre tiene un significado
y un propósito profundos. Y entonces podemos pensar, hablar y actuar con amor.
Es aquí donde
la kabalah nos puede ayudar, conociendo nuestro Plan de vida a través de
nuestro análisis kabalistico personalizado, podremos comprender nuestras tareas
de aprendizaje, las emociones residuales y sanarlas, mejorando nuestra vida y
siendo más felices.
Del libro: “El
Don de tu alma”
Mónica Estévez
Profesora
de kabalah